sábado, 26 de marzo de 2016

Jueves Santo: Muere el cuerpo, renace el Alma

Pues si herman@s un año más, el Jueves Santo llegó, y bien que llegó, una mañana completamente primaveral despertó en Fuentes de Andalucía, cielo abierto, temperatura templada y un ambiente cargado de aromas de incienso y cera de estos días atrás de Semana Santa y un leve olor a azahar con las primeras flores abriendo en los naranjos.

En el convento de la Encarnación a las primeras horas del día se abren tímidamente sus puertas y dejan entrar los primeros rayos de sol iluminando el torso dolorido de Jesús postrado en su cruz de muerte y salvación cristiana, y a su lado, su madre, Del Mayor Dolor, de sus lágrimas reconducidas por sus mejillas como ríos cargados de dolor en el alma y tristeza en el cuerpo, sus lágrimas brotan de una triste alegría sabiendo que su Hijo cambiará el destino de los cristianos por todos los siglos venideros.

Los herman@s se acercan con timidez y con nervios, hoy es el día, resuenan en sus cabezas, en el interior de los corazones a la primera alzada de vista hacia los titulares resuena la palabra GRACIAS, gracias por un Jueves Santo más, gracias por tener la suerte de darnos salud, gracias por la vida que nos regaláis día a día, gracias por los que nos rodea, gracias por la amistad, en resumen GRACIAS.

Avanza la mañana y con delicadeza se termina el retoque floral, brotes de azahar se ultiman para perfumar madera y plata, para que el dolor y la muerte carezcan de tristeza y broten de júbilo días después para nuestra salvación cristina.

Hora de almorzar, la comida no entra en los estómagos de penitentes y costaleros, nervios acaparan en nuestros interiores que no dejan probar bocado, que gran suerte la nuestra de vivir un día tan grande y especial, que gran suerte de poder acompañar y a nuestros titulares y portar por unas horas su dolor y sufrimiento.

19.30 ya llegó, pasan unos minutos del horario previsto y se abren las puertas del Convento de la Encarnación, silencio..... Se manda, llega la oración antes de poner la cruz de guía en el cancel, interiorizamos los rezos y plegarias y recordamos ensimismados del porqué estamos aquí, pedimos por todos aquellos que no están con nosotros para que estén en su Gloría, para los que sufren, para los enfermos, para todos y por todos, se hacen promesas que se cumplen al cambio de la penitencia.

Ya estamos en la calle, suena el martillo del paso de Cristo, suena la voz de un tímido capataz, Malagón, su primera llamá, su debut de capataz, "Señores, esto ya está aquí, vámonos al cielo con Él, a pulso, A EEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEESTA ES...." entre esta frase y el golpe del martillo los vellos afloran a flor de piel, el corazón se encoje, las fajas de aprietan, los costales se abrazan con la trabajadera y ..... le damos al cielo a lo que es del cielo.
Los espartos rachean y llegamos al arco de la puerta, se mandan los cuerpos a tierra, MAS A TIERRA, resuenan por todas las esquinas, el cuerpo de capataces de la hermandad, Malagón, Currete e Isidoro, se afanan a mandar para salir a la calle, y con esto, y con el corazón de los valientes y jóvenes costaleros ya estamos en la calle, y ahora toca lo que toca, a llevar a Jesús, el del madero muerto en la Cruz para que los fontaniegos recuperen la Fe y le pidan y agradezcan lo que necesiten.

TOC TOC TOC, suena el martillo del Mayor Dolor, Isidoro, gran maestro capataz, manos viejas de martillo y costal, hace su oficio, su voz rota manda a callar por la plata del respiradero, su palabras motivadoras nunca deja indiferente a nadie, provoca pellizcos en el corazón que él solo sabe darlos, su cuadrilla forjada año tras año sabe muy bien su labor, y ahora solo toca lo que toca, hay que salir con el Mayor Dolor para mostrar la pena de una madre por su hijo, su hijo ajusticiado y crucificado solo por ser el defensor de la vida eterna, de la palabra que da la vida, de encontrarle otro sentido al amor. Que dolor de una madre de entregar así a su hijo para nuestra salvación.


Y así, discurre una gran tarde-noche de Jueves Santo en Fuentes de Andalucía, con sones de marchas, con olores de incienso y con miradas hacia nuestros Titulares por las calles de nuestro pueblo, que gran noche hemos tenido el placer de compartir, y con esto, ya estamos en la cuenta atrás, ya falta menos para un Jueves Santo más.....


domingo, 6 de marzo de 2016

Cartel "El Sahumerio" 2016

Queridos cofrades, desde la Hermandad de la Vera Cruz de Fuentes de Andalucía queremos transmitir palabras de agradecimiento a la Tertulia Cofrade El Sahumerio, gracias por la decisión del cartel, de esa fotografía con un enclave único, con encanto y a su vez con misterio, en ese inicio de la calle Fernando de Llera y Díaz que tímidamente la esquina de la Parroquia de Santa María la Blanca asoma para hacer unas revirás única que solo los costaleros valientes son capaces de rachear sus sandalias mientras bajan con esfuerzo y esmero buscando la recta final de la estación de penitencia del Jueves Santo.
Todo esto que os comentamos ocurrió el pasado sábado 5 de Marzo en la Parroquia de Santa María La Blanca, un acto cargado de todos los ingredientes necesarios para hacerlo único, en la décimo segunda edición se le brindó a nuestro hermano Sergio Cantalejo la exaltación a la Semana Santa fontaniega, gran persona luchadora y activa para su semana grande de su pueblo, a su edad está cada vez más involucrado en su Hermandad de la Vera Cruz formando parte de la Junta de Gobierno como secretario principal y así como también siendo hermano de otras hermandades que lleva en el corazón. Sus palabras no nacieron, si no que brotaron de su alma, su timidez exteriorizó sus sentimientos y sus sentimientos brotaron lágrimas de su Mayor Dolor.
En dicho acto, nuestro hermano Mayor, D. Andres Salvador, junto a nuestro querido Francis, fueron los responsables del descubrimiento del cartel de los allí presentes, el acto estuvo amenizado por marchas procesionales interpretadas por los componentes de la escuela de música de El Arpa y por el reconocido y renombrado saetero D. Manuel Cuevas que nos estremeció el alma con sus saetas cargadas de mucho cariño, fuerza y orgullo de llevar en la sangre antepasados fontaniegos.